lunes, 11 de noviembre de 2013

Mis recuerdos como alumna

         Para acceder a la escuela secundaria, debíamos rendir un temido examen de ingreso, para el cual nos preparábamos con un famoso libro: “Manual de Ingreso” en matemáticas y castellano, del profesor Pedro Berruti.  Las vacantes en esta escuela eran muy reducidas, ya que sólo contaba con dos secciones de primer años, una en el turno mañana, con idioma inglés, y otra en el turno tarde, con idioma francés. Eran muchos los aspirantes y sólo ingresaban los que obtenían los mayores puntajes, por lo cual quedaban muchos sin posibilidades.
Por otra parte, para acceder a la mayoría de las carreras universitarias el requisito era ser bachiller nacional, por lo que después de realizar el ciclo básico (hasta tercer año), muchos alumnos debían cambiarse de escuela
Los estudiantes de Fcio. Varela continuaban sus estudios secundarios en Quilmes, Temperley, La Plata o Adrogué, como fue mi caso, que completé mis estudios secundarios en el Colegio Nacional Mixto ‘Alte. Brown’ .
Usábamos guardapolvo blanco tableado las niñas, medias finitas de naylon  y saco azul, corbata y pantalón gris los varones; zapatos negros o marrones. Ningún rastro de maquillaje ni  adornos de ningún tipo, como aros, pulseras, anillos, etc. Cabello recogido, que no tocaran el guardapolvo, en el caso de las mujeres y corto los varones. En la década del ’60 se usaban muy maquillados los ojos, por tener un lunes, rastros de maquillaje muy difícil de sacar en los ojos, alguna vez me mandaron a lavar la cara. El lugar ocupado en el aula era inamovible. Existía un planito al lado del pizarrón, con la ubicación de cada uno en el aula. Cada ocupante era responsable del buen estado de su banco/escritorio, con el  del otro turno. Si aparecían  un rayón o escritura, el sábado los responsables a lijar y barnizar, ya que los bancos eran de madera y debían aparecer impecables.  En el aula recogíamos hasta el último papelito y recuerdo un plantón después de hora, en el patio por unos graffitis aparecidos en el baño de mujeres, ya que nadie se hacía responsable del mismo.
Entre los alumnos de 4to. Y 5to. Año eran elegidos los preceptores de los alumnos de los cursos de 1ro., 2do. y 3er. Año, función que recuerdo desempeñaban con mucha responsabilidad.
Cumplíamos ciertos rituales escolares tales como marchas y desfiles. Para las fechas patrias los alumnos de las escuelas debíamos participar de los actos organizados por la Municipalidad en torno al monumento al Gral. San Martín. Practicábamos en las calles aledañas a la escuela la formación para el desfile, ocupándose personalmente el director de la escuela, profesor Bossi, de dirigirnos en esta práctica. El Colegio Santa Lucía se destacaba por la formación marcial similar a una escuadra militar que se ve, practicaban con mucho ahínco y dedicación.
A la mañana, antes de entrar a las aulas, formábamos en el patio e izábamos la bandera cantando la canción Aurora. El turno tarde hacía lo mismo para bajar la bandera antes de salir de la escuela.

domingo, 10 de noviembre de 2013

LA ESCUELA DE EDUCACIÓN MEDIA N° 7

La Ley Federal de Educación en la Pcia de Buenos Aires.
El nivel de educación medio fue uno de los más afectados por los cambios. Su diseño tradicional se vio reestructurado en varios aspectos (cambios curriculares, desplazamiento de las definiciones disciplinares por áreas curriculares, desmembramiento de su estructura en el tercer ciclo de Educación General Básica y el Polimodal, entre otras). A las dimensiones afectadas directamente por el nuevo marco legal, se suman los desafíos vinculados a la masificación y al ingreso de nuevos públicos escolares en un nivel educativo nacido con una lógica de diferenciación y selección y, sobre todo, los debates en torno a la identidad del nivel en cuanto a la definición de cuáles debían ser sus funciones, misiones y objetivos. (Lic. Carolina Meschengieser IIGG- Becaria CONICET ‘Una aproximación histórica a la construcción de las identidades profesionales de los docentes del nivel medio’)
Se introdujo la obligatoriedad de diez años de enseñanza conformados por el último año del nivel inicial y nueve años de la denominada Educación General Básica (EGB). A la tradicional enseñanza primaria que comprendía siete años de escolaridad se impuso una EGB compuesta por tres ciclos: EGB 1, EGB 2 y EGB 3; este último, correspondiente al año final de la antigua enseñanza primaria y al ciclo inicial de la ex escuela media. Una vez completados estos diez años de escolarización se contempla el nivel Polimodal optativo de tres años (Los objetivos del ciclo polimodal son: (…) Profundizar el conocimiento teórico en un conjunto de saberes agrupados según las orientaciones siguientes: humanística, social, científica y técnica. Ley Federal de Educación Nº24.195/93 Artículo 16 Educación Polimodal).

Una de las discusiones que se abrió en el proceso de aplicación de la nueva estructura en cada provincia refería a si la EGB 3 implicaba una ampliación de la enseñanza primaria, un avance de la escuela media o algo nuevo y distinto con entidad propia.

Con la retención de alumnos como objetivo principal, el gobierno de la provincia de Buenos Aires decidió “primarizar” el tercer ciclo, es decir, ubicarlo en las escuelas de nivel primario. Sin embargo, la implementación de la EGB 3 se instrumentó de diversas maneras de acuerdo a la capacidad instalada de las instituciones.

Culminando en diciembre de 1998 el Tercer Ciclo de EGB con la primera promoción de alumnos, por Resolución N° 4625 del 6/8/1998 se decide establecer la implementación gradual y progresiva del Nivel Polimodal, a partir del año 1999, en el sistema Educativo de la Provincia de Buenos Aires. (Resolución N° 4625: Que conforme al cronograma previsto en el Pacto Federal Educativo suscripto el 11 de setiembre de 1994, para el año 1999 corresponde proseguir con la efectivización gradual de las nuevas estructuras establecidas por las Leyes referidas, resultando procedente implementar el Nivel Polimodal. A partir del Ciclo Lectivo 1.999 se dictará el Primer Año Polimodal y continuarán como ciclo cerrado los cursos de cuarto, quinto y sexto Año del Nivel Medio, los que culminarán cuando promocionen, en los años 1.999, 2.000 y 2.001, los alumnos comprendidos. (‘De los aspectos generales’ ANEXO II). La Plata, 6/8/1998)

La Estructura Curricular Básica para la Educación Polimodal de todo el país se enmarca en las definiciones de los Acuerdos Federales previos, en especial las del Acuerdo Marco A Nº 10, dando lugar a cinco Modalidades (APORTES PARA UN ACUERDO MARCO Serie A, Nº 10 Versión 6.4 LA EDUCACIÓN POLIMODAL Ministerio de Cultura y Educación de la Nación Consejo Federal de Cultura y Educación):

Modalidad Ciencias Naturales.
Modalidad Economía y Gestión de las Organizaciones.
Modalidad Humanidades y Ciencias Sociales
Modalidad Producción de Bienes y Servicios.
Modalidad Comunicación, Artes y Diseño.

El polimodal en la ahora Escuela Media N° 7, cuenta con las orientaciones Economía y Gestión de las Organizaciones, Ciencias Naturales, Humanidades y Ciencias Sociales, con doce divisiones de primer año, nueve divisiones de segundo año, y ocho divisiones de tercer año. Totalizando en la actualidad, en los tres turnos, alrededor de 1300 alumnos. Además, están funcionando en el edificio dos octavos y dos novenos años de la EGB N° 16, que articula con esta escuela.

En el edificio se encuentran instaladas 18 aulas, sala de video, sala de informática, dos salas de laboratorios, biblioteca y las oficinas de administración. Todo el edificio y sus instalaciones son mantenidos y acondicionados por la Asociación Cooperadora.

Con el ciclo lectivo 1997, se inicia el bachillerato de adultos, en turno vespertino. Actualmente cuenta con tres divisiones de primer año, dos de segundo año y dos de tercer año. Al finalizar el tercer año, los alumnos se reciben de Bachilleres con Orientación en Gestión y Administración.
El profesor Marcelo Moletto, ocupa actualmente la Dirección de la Escuela, la profesora Alicia Gatti lo secunda en la vicedirección, desempeñándose como secretaria la Sra. Haydée Merigho. (Al momento de la impresión de este trabajo, la profesora Claudia DeBelva, ocupa la Secretaría por haberse jubilado la anterior. Noviembre 2007)

Cabe destacar que el profesor Carlos A. Bossi, primer director de la Escuela, reasumió en ese cargo, desempeñándose en el mismo hasta su fallecimiento, el 31 de agosto de 2002. Recientemente se jubiló el profesor Antonio Trotta, protagonista de las etapas fundacionales de la escuela, quien ocupaba la vicedirección.
Son Presidente y Tesorera de la Asociación Cooperadora los ex alumnos y actualmente profesores de la Escuela, Adrián Iglesias y María Eva Ferrari respectivamente; ocupando la Secretaría la ex alumna Liliana Alvarez; cuatro padres y madres de alumnos completan la misma.
 
La Asociación Cooperadora
 
Durante su larga existencia la Asociación Cooperadora ha administrado todas las actividades tendientes a facilitar la prosecución de los estudios de los alumnos. Para ello se han desarrollado infinitas tareas que han sido enunciadas en informes detallados que siempre se distribuyen en el establecimiento. Se destaca sobre todo, la adquisición de elementos de estudio para los alumnos, libros para la Biblioteca, premios y trofeos, útiles y elementos didácticos, adquisición del material necesario para el quehacer educacional, el mantenimiento del edificio de la escuela, su limpieza, acondicionamiento, pintura, iluminación, el funcionamiento de todos sus accesorios, las reparaciones y el amoblamiento de sus dependencias (vidrios, baños, sillas, mesas, matafuegos), etc., etc. Toda su enumeración es infinita.
Para lograr los fondos imprescindibles que ayuden a alcanzar los objetivos son necesarios: la cuota social que abonen los asociados; los beneficios que se logren de festivales, rifas, bonos, kermeses, bailes, etc.; cualquier donación, el aporte del kiosco, el teléfono y la fotocopiadora; la venta de objetos o elementos donados por los alumnos o instituciones de nuestra localidad. Por parte del Estado no se otorga contribución monetaria alguna para ser administrada por la Asociación Cooperadora. Agregado a ello que la comunidad sufre tremendos problemas económicos y la situación social en Florencio Varela es muy difícil. Sólo queda contar con la colaboración de todos quienes tienen conciencia, pueden hacerlo y comprenden esta situación. Colaborar y recordar que la cooperadora cubre las necesidades de la Escuela y colabora en el desarrollo y crecimiento de la Institución.
Brindar a los alumnos las mejores condiciones para el estudio y el trabajo con los docentes, solamente se logra con ayuda y cooperación. El proyecto de dotar a nuestra Escuela de un patio cubierto es el objetivo trazado para el futuro y ansiamos lograrlo.
 
La Escuela de Educación Media N° 7 nunca ha contado con su Gimnasio techado y acondicionado, donde se llevan a cabo todos los actos y se desarrollan las actividades de educación física. El Gimnasio, con piso de cemento, necesita aproximadamente 650 metros cuadrados de techo y baños para sus actividades. La posibilidad más económica es un techo metálico parabólico, con baños en un lateral. El costo resulta imposible de alcanzar en la actualidad. La Asociación Cooperadora no quiere escatimar esfuerzos, ni quitar aportes destinados al normal funcionamiento de la escuela pero desea enfrentar la problemática planteada por la falta de Gimnasio cubierto que impide toda actividad en días de lluvia o con tiempo desfavorable.
 
La Escuela solicita a todos los egresados, estimados en 5000 vecinos varelenses en sus casi 50 años de vida y trabajo, y que hoy ejercen múltiples profesiones y actividades en nuestra comunidad, a toda la comunidad y autoridades públicas, colaboración, que será muy agradecida en Parrillo 350 de Florencio Varela donde se invita a visitar y conocer la obra desarrollada. 

LA ESCUELA NACIONAL DE COMERCIO DE FLORENCIO VARELA

La comisión Pro Escuela Secundaria
Nace la Escuela como necesidad imperiosa ante la carencia de una institución de educación de nivel medio, gratuita y para mujeres y varones. Ante tal situación, el entonces Comisionado Municipal, Dr. Antonio Bengochea, reúne a un grupo de vecinos, que compartían la inquietud ante la carencia señalada. Promediando el año 1956 se reúnen en el recinto municipal el Sr. Comisionado Dr. Bengochea y los vecinos por él convocados, Sr. Iván Cascardi, Sr. José Rocafull, Sr. Ernesto Domínguez, Sr. Carlos E. Fava, Sr. Feliciano Negri, Dr. Antonio Guarasci, Dr. Alfredo R. Scrocchi, Dr. Hugo C. Rosales, la Sra. Ana Wynne de Negri y los docentes Amalia L. Massini de Pereyra, Dra. Alicia E. Villar, Prof. Martha Mahiques de Cascardi, Sr. Ismael Luis Rosselli y Prof. Carlos A. Bossi. Dichos vecinos, con la presidencia del Dr. Bengochea, y actuando como Secretario el Dr. Antonio Guarasci, se constituyen en la comisión Pro Escuela Secundaria.

Largas y complejas tramitaciones burocráticas no desalentaron el accionar de la comisión, en particular de su Presidente Dr. Antonio Bengochea. Cabe destacar, también la receptividad demostrada por las autoridades educativas que por entonces encabezaba el Sr. Ministro de Educación y Justicia Dr. Acdeel E. Salas, siendo Subsecretario el Dr. Pablo C. Espinosa. Por Expte. N° 102.211/57 del registro del Ministerio de Educación y Justicia se gestiona la creación de un establecimiento de enseñanza media en la ciudad de Fcio. Varela. Por Decreto 2890 del 14 de marzo de 1958, rubricado por el Presidente Pedro Eugenio Aramburu y los Ministros Salas y Krieger Vasena, se crea la Escuela Nacional de Comercio de Florencio Varela.

Primera sede

La escuela era una realidad en los papeles, pero, ¿dónde y cuándo podría comenzar a funcionar? Cuando la comisión pro-escuela secundaria desesperaba en la búsqueda de un edificio para el funcionamiento del Establecimiento, se hace presente en el despacho del Sr. Comisionado Municipal, la Sra. Esther Dapena de Lamperti, perteneciente a un antigua familia varelense y en su representación, ofrece, sin cargo ni condiciones, el edificio de la Avda. San Martín N° 538 el cual fuera adquirido años más tarde por la Municipalidad y que con reformas y ampliaciones albergó la Escuela Nacional de Comercio.

Miembros de las familias Viñas – Dapena, herederos de la propiedad, ofrecieron la amplia casona para que allí comenzara a funcionar la escuela. Hoy, a 45 años de aquel comienzo, María Inés Viñas de Segura accede a la charla evocativa en una quinta cercana a la antigua propiedad familiar. Es nieta de Francisco Viñas –Paco, para todos- aquel joven dependiente del progresista almacén de los Dapena, egresado del Nacional Buenos Aires y activo constructor luego, que ligado laboralmente a la Dirección General de Escuelas de la Provincia, asentó ladrillos de muchos establecimientos educacionales en Buenos Aires. Sobrina nieta de Constancia Viñas de Dapena, María Inés guarda memoria de una infancia feliz, correteando por aquella casona hoy convertida en escuela, (Actualmente en el predio donde funcionó la Escuela Nacional de Comercio “Florencio Varela”, se ubica la Escuela de Educación Media N° 8). “La Constancia”, residencia de una tía condescendiente y bonachona que le abría las puertas del paraíso dejándola hamacarse en una vieja mecedora, juguetear con frascos de misteriosas fragancias o viajar al futuro a través de los espejos. Palabras con historia, año 2 - N° 10, Fcio. Varela, mayo-junio 2003 (Publicación mensual, de distribución gratuita, Tarumá Producciones).

Acto inaugural

Logrado el edificio, quedaban aún por resolver: organización docente y administrativa, material didáctico, mobiliario, adecuación de la vieja casa para uso escolar, etc. Una larga lista de vecinos sumó su colaboración para que el 29 de abril de 1958, fecha en la cual el patio de la escuela se engalana con las banderas de ceremonia de las escuelas de la localidad y algún distrito vecino, se pueda llevar a cabo el acto inaugural. Entre las banderas antes mencionadas había una, la propia, donada por la familia Cascardi y que presidiría en más, muchas otras ceremonias.
Así, el 5 de mayo de 1958, con dos primeros años del ciclo de las Escuelas de Comercio, comienzan las clases, estando al frente de la Dirección el Inspector de Enseñanza, Profesor Jaime Glattstein, quien luego de algunas semanas de gestión, volvió a sus obligaciones en el Ministerio de Educación, dejando transitoriamente a cargo de la Dirección al Prof. Modesto Evaristo Rodríguez, quien en forma desinteresada condujo el Establecimiento hasta la designación del Director por parte del Ministerio correspondiente; hecho que ocurre el 7 de julio del mismo año.


Desde entonces hasta 1981, tuvieron la responsabilidad de ocupar la Dirección de la Escuela sucesivamente, los profesores: Carlos A. Bossi, Shara Platero, Alicia E. Villar, Lidia G.P. de Peterson y Antonio Trotta. Fueron profesores fundadores: Alicia Aráoz, Marta Mahiques de Cascardi, Marta C. de Izcovich, Carlos Bossi, Ricardo Giustozzi, Evelia Ciritto, Celia Cascardi, Norma Sara Melón, Norma Echavarría de Espadari, Martín Ciriaco Bolino, María Elena Dreyer, Elda Arriaga de González, Marta Tobler, Modesto Evaristo Rodríguez y Alicia E. Villar.

El resto del personal de apoyo se completó con la Srta. Estela Negri como Secretaria, los Sres. Oscar Castaldo como Tesorero, Guillermo Dingevan como preceptor y Miguel Muñoz como ordenanza.

Plan de estudios

I. Primer año: Castellano, Inglés-Francés, Matemáticas, Ciencias Biológicas, Educación Democrática, Geografía, Historia, Cultura Musical, Caligrafía y dibujo, Contabilidad, Educación Física.
II. Segundo año: Castellano, Inglés-Francés, Matemáticas, Ciencias Biológicas, Educación Democrática, Geografía, Historia, Cultura Musical, Caligrafía y Dibujo, Contabilidad, Educación Física.
III. Tercer año: Castellano, Ciencias Biológicas, Contabilidad, Inglés-Francés, Físico-Química, Geografía, Historia, Instrucción Cívica, Matemáticas, Mecanografía, Educación Física.

IV. Cuarto año: Ciencias Biológicas, Contabilidad, Derecho Usual y Práctica Forense, Estenografía, Física, Inglés-Francés, Geografía, Literatura, Matemáticas, Mecanografía, Merceología, Educación Física.

V. Quinto año: Contabilidad, Derecho Comercial, Derecho Administrativo y Legislación Fiscal, Economía Política, Estenografía, Inglés-Francés, Geografía, Matemáticas, Mecanografía, Merceología, Organización del Comercio y de la Empresa, Educación Física. 

PRIMEROS EGRESADOS

El 1° de octubre de 1963 se impone el nombre de Florencio Varela al establecimiento. Cursados los cinco años de estudio, en 1962 egresó la primera promoción. La integraban: Néstor Barbalán, José Luis Borsani, Stella M. Bresillard, Eugenio Calvi, María del C. Croni, Eduardo Chiodini, Mercedes De Llanos, Alicia Di Módica, Antonio Fonseca Melo, Osvaldo Fuentes, Carlos Gervasio, Beatriz Giancristófaro, Julia Gonzalo, Horacio Gutiérrez, Carlos Ledesma, Angelina Mascioli, Maria Melaccio, Lidia Menzer, Roberto Méndez, Raúl Molinero, Rolando Negri, Jorge Rivas, Norma Peralta, Jorge Rodríguez, Hugo Sandalie e Hilda Sansot.

Mucho habría para relatar desde aquellos primeros tiempos en que los estudiantes debían traer su silla para sentarse en una casilla prefabricada, porque la matrícula crecía y la infraestructura no.  En 1968, el gobierno de la Provincia de Buenos Aires, por gestión de la Asociación Cooperadora, la Municipalidad y la Dirección de la Escuela, dona un predio donde se establecerá definitivamente la Escuela.
En el año 1970 se creó el Ciclo Básico de Bachillerato Anexo, pasando a ser “Escuela Nacional de Comercio Bachillerato Anexo”, con una matrícula de dos divisiones de primer año de  38 y 41 alumnos.
ACCIÓN COOPERADORA
Un lugar muy importante ocupa el accionar, a través de los años, de las Asociaciones Cooperadoras.  Durante toda su existencia, la escuela ha contado con asociaciones cooperadoras que han sabido administrar los fondos obtenidos, pudiéndose refaccionar el edificio para mayor comodidad del alumnado.  Fue  posible dotar al colegio de tres aulas en su planta superior, dando capacidad a por lo menos 120 alumnos en total. Por otra parte, en el año 1981 se vio aumentado el número de alumnos aspirantes a ingreso a primer año, los cuales en años anteriores no lo podían hacer debido a la falta de capacidad áulica.  Este inconveniente fue superado en parte, con la compra de un aula prefabricada, donde funcionó otro primer año comercial.
Edificio escolar propio
Para resolver, definitivamente, el delicado problema de la escasez física que impide dar cabida a la creciente demanda de asientos por parte de centenares de aspirantes que años tras año, acuden a los exámenes de ingreso al establecimiento escolar, y contándose, entonces con las primeras remesas de fondos por el Ministerio de Cultura y Educación de la Nación para la construcción del edificio escolar definitivo, la Directora Prof. Lidia Pimentel de Peterson, convocó a las entidades representativas de la localidad –cuya reunión inicial se verificó el 14 de noviembre de 1978- para interiorizarlas de la decisión oficial y expresarles la necesidad de contar con la colaboración de la comunidad para concretar, en el más breve término, la vieja idea del edificio escolar propio.
A la cita acudieron, entre las que se recuerdan: Prof. Lidia Pimentel de Peterson, Prof. Marta Mahiques de Cascardi, Prof. Antonio Bengochea, Prof. Luis E. Genoud, Prof. Alfredo Scrocchi, Prof. José Luis Moreira, Prof. Héctor R. Cataldo, Sr. Sánchez, representante de la Municipalidad de Fcio. Varela, Sr. López representante del Centro de Abogados, Sr. Salminci representante del Centro de Contadores, etc.  Tras varias reuniones, se dio forma a una ‘Comisión Intermedia Pro Edificio” –según expresas disposiciones oficiales- que tendría a su cargo todo lo relativo con la erección, en el predio donado por el gobierno provincial, en el barrio ‘9 de Julio’, del futuro edificio escolar. Dicha comisión quedó integrada como sigue:
Presidente: Dr. Alfredo Scrocchi; Vicepresidente: Prof. Florentina Martha Mahiques de Cascardi; Secretario: Prof. Héctor Roque Cataldo; Tesorero: Sr. José R. Resala; Asesor: Prof. Antonio Trotta.
Esta Comisión tuvo a su cargo los trabajos iniciales, tales como designación del profesional que tendría a su cargo la confección de los planos, dirección y supervisión de la obra y la adquisición de materiales de construcción por licitación, etc.  La elección recayó en el arquitecto Italo De Virgilis, vecino de esta ciudad, quien se encargó de la traza de los respectivos planos.
La Municipalidad, a cuyo frente se hallaba el Prefecto Mayor (R.E.) Adolfo A. Hamilton,  se encargó de la gestión ante las autoridades de la provincia de Buenos Aires, de la solicitud de  posesión del terreno.  También colaboró en cuestiones burocráticas y solucionó, en repetidas ocasiones con su intervención, dificultades emergentes de los trabajos de una obra de  magnitud. 
La Comisión Pro Edificio encaró la tramitación oficial ante el Ministerio de Cultura y Educación de la Nación por intermedio de la Dirección Nacional de Arquitectura Educacional, la aprobación de los distintos planos de obra.  Al mismo tiempo solicitó a la Dirección de Obras Sanitarias del Ministerio de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires la prolongación de la red cloacal y agua corriente hasta el predio donde se levantaría el edificio, petición aprobada por expediente 2408-2470 / 80.  Por disposición 913 (Nota 1869 / 80), se autorizó la construcción del edificio previa aprobación del pliego de llamado a licitación, -que oportunamente se pondría a la venta-. La superficie cubierta total prevista, suma 3.327 metros cuadrados en dos plantas, incluida casa para caseros.  La superficie total del terreno 5.827,80 metros cuadrados, ocupa una manzana entre las calles Sallarés, Parrillo, San Juan y Antongnoli, del Barrio 9 de Julio, Florencio Varela.
 A junio de 1981, se hallaban finalizados los trabajos de fundación del edificio y estaba prevista la finalización de la primera etapa, hormigón de las dos plantas, para noviembre de 1981.
La mudanza al nuevo edificio se realizó durante el año 1988, quedando pendientes algunas de las obras previstas,  las cuales  se fueron completando, quedando actualmente todavía por resolverse, la construcción del gimnasio.
El Acto de Inauguración Oficial del nuevo edificio se produjo el 5 de mayo de 1989, aniversario de la creación de la Escuela.  Contó con la presencia del Ministro de Educación y Justicia de la Nación, Dr. Jorge Sábato.

INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

El origen centralizado
Con la sanción de la Constitución Nacional de 1853 se reconoce a la educación primaria como una responsabilidad atribuida a las provincias, puesto que en su artículo 5to se estableció que el sostenimiento de la educación primaria es obligación directa de cada jurisdicción provincial. Pero la acción morosa e ineficaz de las Provincias, la escasez de recursos y sus estructuras sociales tradicionalistas y feudales son un obstáculo para el desarrollo de la educación primaria La Ley N° 1420 del año 1884 fue su norma fundamental, pero por las razones antes apuntadas, en 1905 una legislación complementaria, permite a la Nación –a ‘solicitud’ de las Provincias, para respetar el espíritu del 5° artículo constitucional- actuar directamente en las áreas interiores. Es a partir de este momento –y desde el poder central- que el sistema realmente se constituye a nivel nacional. Como consecuencia de la sanción en 1905 de la Ley Láinez, el Consejo Nacional de Educación (CNE) se transformó en el organismo encargado de administrar directamente todas las escuelas públicas primarias creadas por la Nación en jurisdicción provincial. En la Provincia de Buenos Aires las escuelas Láinez tuvieron una importancia menor (Adriana Puiggrós; Escuelas provinciales: 2166, Escuelas Láinez: 198 (año 1936). ‘La educación en la historia Argentina’, La Iglesia y sus aportes en el debate por una nueva Ley de Educación. Dra. Susana Carena) creándose escuelas primarias nacionales en lugares desfavorables.

La Provincia de Buenos Aires sostuvo un sistema escolar propio, desde la sanción de la Constitución de 1853 y de la Ley de Educación Común en 1875, con el Reglamento Escolar de 1876, aprobado durante el mandato de Domingo F. Sarmiento en la Dirección General de Escuelas. Esa legislación fue ampliamente democrática, ya que confió la conducción del sistema educativo a órganos colegiados e instituyó Consejos Escolares en los distritos, con designación de los consejeros por elección directa.
Por lo que respecta a la enseñanza secundaria, la historia es bastante diferente. Su expansión se fue dando al ritmo de la propia demanda educativa, de manera paulatina, pero sin una ley que regulara su estructura y funcionamiento. A pesar de esta diferencia importante con el nivel primario, una característica común a ambos niveles fue la fuerte presencia del Estado nacional en el ámbito de la educación pública como prestador del servicio, en comparación a los esfuerzos realizados por las provincias.

Los Colegios Nacionales

El decreto de creación de los colegios nacionales en varias capitales de provincias elaborado por el gobierno de Mitre en 1863, ubica la fecha de iniciación en el país de una enseñanza con características definidas sobre la base de un humanismo clásico, de tipo enciclopedista, preparatoria para la universidad. Este contenido, no ofrecía atractivos para los grupos dedicados a las actividades productivas, ya que la otra opción para los egresados de los colegios nacionales era un puesto en la administración pública. El título de ‘doctor’ era imprescindible para tener acceso a los niveles más altos de la dirigencia política. En 1889, las cámaras de diputados y senadores del país estaban compuestos en un 96% y 95% por médicos o abogados. Los colegios nacionales dependieron del gobierno central en todos sus aspectos. Mientras el sector que tenía acceso a la enseñanza media y superior era el que ofrecía mayor interés para la socialización política, su control quedó en manos del poder central.
La crisis económica y política que sobrevino con la Revolución de 1890, motivó en esta década, proyectos ministeriales destinados a lograr la diversificación de la enseñanza, basados en las críticas de que la escuela media preparaba exclusivamente para la universidad o para la administración pública. Analizando estos proyectos, en el plano de las realizaciones concretas, lo único que puede señalarse es la creación de dos escuelas comerciales en Buenos Aires (una para varones y otra para mujeres) en 1890 y 1897, respectivamente, otra en Rosario, en 1896, y al final de la década, la creación de la primera escuela industrial. (Tedesco, J. C. (1993), “Cap. III, La función política de la educación”, en: Educación y Sociedad en la Argentina(1880-1945), Solar, Bs. As)
Posteriormente, la enseñanza media argentina fue sufriendo un proceso de progresiva diferenciación. Como consecuencia de ello, la escuela secundaria comenzó a abandonar su carácter de institución preuniversitaria y pasó a convertirse, primero, en una serie de establecimientos educativos especializados y, finalmente, en una institución de carácter posprimario. Así, junto al colegio nacional comenzaron a convivir la escuela normal, la escuela de comercio, el colegio industrial, la escuela de enseñanza agropecuaria, la escuela normal rural y la escuela de formación profesional que ofrecían una formación básicamente orientada al trabajo (Augusto M. Trombetta: LOS TERCIARIOS EN LA HISTORIA ARGENTINA,1998,TESIS DE MAESTRÍA E INFORME DE INVESTIGACIÓN). A los egresados de estas escuelas secundarias les estuvo vedado el ingreso a la Universidad hasta después de mediados del siglo XX, por lo que quienes deseaban profundizar sus estudios debieron buscar otras instituciones que satisficiesen sus necesidades.
A la par que el Estado estableció la obligatoriedad de la educación básica, aumentó la necesidad de maestros. Entre 1871 y 1888 se cumplió la obra de fundación de 34 Escuelas Normales en capitales provinciales y ciudades de importancia regional. Luego se agregaron 21 escuelas más entre 1894 y 1910.  
En 1886, un decreto de Roca y el ministro Eduardo Wilde pone las bases de lo que se comenzó a llamar Escuela Normal Superior y que fue el origen de las escuelas normales de profesores, con la misión de preparar a los docentes de la escuela media argentina, a los profesores de las escuelas normales, y al personal de dirección e inspección de las escuelas primarias (Lic. Gladys Leoz Tesis de Maestría “Las significaciones sociales imaginarias vinculadas a la “Educación Superior no-universitaria”).
El artículo 1º de dicho decreto dice: "Hay dos clases de Escuelas Normales: las elementales y las superiores. Las primeras están destinadas a la formación de maestros y maestras de educación primaria elemental; y las segundas, no sólo tienen este objetivo, sino también el de formar profesores y profesoras competentes para la superintendencia, inspección y dirección de las escuelas comunes y para el magisterio de las escuelas normales. Sólo son superiores las dos escuelas normales de la Capital y la de Paraná".
Este tipo de profesorados desapareció, a raíz de un decreto del Poder Ejecutivo que dispuso transformar sus planes y secciones de acuerdo con la estructura de los Institutos Nacionales del Profesorado Secundario. Es, en 1954, cuando, en los hechos concluyó el ciclo histórico de las escuelas normales de profesores y se graduaron los últimos profesores normales propiamente dichos (Idem anterior).

Las Escuelas Normales Populares

A raíz del crecimiento sostenido del sistema, la Provincia de Buenos Aires pretendía dar respuestas y proveerse de maestros, ya que las Escuelas Normales Nacionales resultaban insuficientes. Por esta razón, hacia 1912, en varias localidades donde no existían estas instituciones, se fundan las Escuelas Normales Populares, creadas y sostenidas por las distintas ‘Sociedades Populares de Educación’, aprobadas el 18 de diciembre de 1913 por el Consejo General de Educación bonaerense.
Las Escuelas Normales Populares (Cabe aclarar que, por aquellos años, ‘popular’ era sinónimo de ‘no oficial’) fueron las primeras instituciones formadoras de maestros de la Provincia de Buenos Aires. En la historia aparecen como objeto de disputa en la lucha política entre conservadores y radicales. Lo cierto es que su número creció rápidamente: en 1914, apenas un año después de su creación, sumaban 34, llegando a 37 en toda la Provincia (Pablo Pineau, La escolarización de la provincia de Buenos Aires (1875-1930) Una versión posible, FLACSO, 1997).
En sólo dos años, se crearon tantas ENP como aquellas que la Nación había creado a lo largo de 22 años. Cada ENP contaba con su plantel docente para dictar las materias del programa normal, que era igual al de las Escuelas Normales Nacionales. Así lo había dispuesto especialmente el Consejo General de Educación. Estas instituciones, que se multiplicaron, llevaban a sus alumnos a rendir sus exámenes en una oficina creada en la Dirección General de Escuelas en La Plata, y allí se les otorgaban los títulos de maestros infantiles, elementales y superiores. Asimismo, se fijó una edad mínima para el ingreso a las ENP: 14 años para las mujeres y 16 años para los varones. “La Plata, eje de la formación de maestros”
"A la escuela normal popular de Mercedes, que fue la primera de su tipo en la provincia, siguió la de Avellaneda; a ésta la de La Plata, Magdalena , Florencio Varela, Lomas de Zamora y muchas otras después hasta el número de veinticinco, realizándose este esfuerzo colosal en poco más de seis meses". "La fundación de escuelas normales sostenidas directamente por el pueblo, con el debido contralor de las autoridades escolares respectivas, es una necesidad sentida en nuestro país". José J. Berrutti Educación, Buenos Aires, en 1913, citado por Gustavo Cirigliano
Pero hacia la década del veinte el problema se invirtió y otros interrogantes surgieron: ¿Qué hacer con los maestros sin puesto? Las Escuelas Normales Populares se convirtieron en objeto de críticas diversas. ‘El país, que sólo necesita por ahora, la incorporación anual de mil setecientos maestros, ve diplomarse, año tras año, a más de tres mil, sin contar con los que egresan de las escuelas normales creadas por los gobiernos de provincia o con los que obtienen, mediante examen, título supletorio que habilita para la enseñanza primaria. Estamos ya frente a un proletariado normalista cuyas quejas, exteriorizadas día a día por los órganos de opinión, preocupan seriamente al P.E.’ (Memoria Ministerio del Interior 1919-1920, p. 318)
En Florencio Varela, en el año 1913, en el edificio de la Escuela primaria N° 1 funcionaba la “Escuela Normal Popular de Maestras de Florencio Varela”, con una inscripción de 85 alumnas. De esa escuela egresaron numerosas maestras, pertenecientes a este pueblo y a localidades vecinas. Entre los vecinos integrantes de la Comisión Directiva, Profesorado y Autoridades Escolares se mencionan a Agustín Añorga, Eleuterio Fernández, Oscar Caminos, Severo S. Esteves, Antonio L. Otero, Ing. Mataloni, Ernesto J. Lozano, Enrique Llanos, Ramón López, Carlos S. Borsani, Juan Terzaghi, José Gustinelli, Rafael Catenaccio, Francisco Rolandelli, Agustín Irusta, Juan Ramón Esteves, Guillermo Gras, Godofredo D. Coca, Pedro F. Monroy, Jacinto R. Sosa y otros. La escuela dejó de funcionar algún tiempo después. “Nueva Era”, Cincuentenario de la creación del partido de Fcio. Varela; 30 enero de1941.
En 1915 se limitó la posibilidad de la población para fundar nuevas ENP, y pasó a ser de exclusiva incumbencia del Director General su establecimiento. Pero el mayor debate se produjo a partir de los intentos de DGE por homologar los programas y los estatutos de las Escuelas Normales Populares con los de las Escuelas Normales Nacionales. Finalmente en 1917, la DGE estableció el programa nacional. En febrero de 1919, a raíz de una serie de problemas con las calificaciones de los exámenes, se clausuró la inscripción a primer año en las ENP, medida basada en un informe de la Inspección. Este fue el paso que condujo a la decadencia y posterior clausura de las ENP. Algunas de ellas, como las de Avellaneda, Morón; Chacabuco y General Pueyrredón, demandaron años más tarde poder reabrir el dictado de primer año sin mayor éxito. Otras, como las de Luján, Lomas de Zamora y Morón, lograron convertirse en Escuelas Normales Nacionales (Pablo Pineau, obra citada).

El Instituto Nuestra Señora del Sagrado Corazón


Pasan los años, la comunidad varelense crece y necesita imperiosamente una escuela media. (Datos Censos Nacionales) 1947: 10.480 habit.; 1960: 41.707 habit.) Esta inquietud es tomada en cuenta por gente del Rotary Club, quién luego de algunas reuniones, asiste junto con la comunidad al inicio de las clases el 20 de abril de 1953, en el Instituto Nuestra Señora del Sagrado Corazón de enseñanza privada, en la que por entonces se llamaba Escuela Secundaria Normal Nacional, con un curso de cinco años, a cuyo egreso las alumnas serían maestras; contándose 11 profesoras y 36 alumnas. El título era Maestra Normal Nacional. (Mi Ciudad, Suplemento Especial, 50 años de Enseñanza Media en el Instituto Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Fcio. Varela) Junio 2003
 
Entre 1966 y 1973 la Reforma Educativa de la autodenominada "Revolución Argentina" tuvo como cabecera piloto a la Provincia de Buenos Aires: en 1970, se intentó establecer una Escuela Intermedia de 4 años, una secundaria de 3 años y la promoción automática dentro del ciclo elemental, entre otras medidas.

En 1968 se propone una reforma estructural del sistema educativo argentino y se definen nuevos criterios curriculares. La primera modificación de importancia es la de la supresión de la Escuela Normal y la creación de la formación docente en el nivel de educación superior, reforma ésta que se concreta con alcance nacional. Daniel Pinkasz, Cecilia Pittelli: Las Reformas Educativas en la provincia de Buenos Aires (1934-1972); en Adriana Puiggrós, HISTORIA DE LA EDUCACIÓN EN LA ARGENTINA (Tomo VII), Edit. Galerna
 
De acuerdo con esta medida, inscripta dentro de la tendencia a profesionalizar la docencia, se produjo un cambio en la formación de docentes para el nivel primario: pasó de ser efectuada en el nivel medio a desarrollarse en el nivel superior. En 1970, mediante la Resolución Nº 2.321/70, se dio vida a los profesorados de enseñanza elemental, denominados Institutos Superiores de Formación Docente, que funcionarían en las antiguas escuelas normales y en los institutos de profesorado secundario. (Augusto M. Trombetta, obra citada).

Pero sólo dos años más tarde, en 1972, se produjo una nueva reforma restableciéndose el ciclo de magisterio en las escuelas normales, aunque se introdujeron importantes modificaciones. La carrera completa de magisterio se cursaría en dos etapas, una vez cumplido con el ciclo básico del nivel medio. La primera etapa correspondería a los dos últimos años de la enseñanza secundaria, en los que se incluirían materias del área pedagógica. La segunda etapa estaría formada por dos años a cumplir en el nivel terciario, donde se estudiarían materias técnico-profesionales orientadas a lograr «una formación adecuada para el desempeño docente en la escuela primaria» (MCE 1974, I: 142). En este escenario se volvió a emitir el titulo de Maestro Normal.

Pero a principios de 1973 se introdujo una nueva modificación llamada Plan de Estudios del Magisterio. La diferencia básica con el plan anterior era que los egresados de las distintas modalidades de la escuela media podían acceder a dicho ciclo tras rendir las materias pedagógicas que se cursaban en los bachilleratos pedagógicos. Nuevamente se cambió el titulo que se otorgaba: Profesor para la Enseñanza Primaria.

En los primeros años de la terciarización -entre los años 67 y 69- se dio un fenómeno particular: la matricula estaba compuesta por adultos, la mayoría de los cuales eran docentes en ejercicio que veían la posibilidad de mejorar su preparación profesional y cualificar su titulación, posicionándose con ventajas en su campo. A partir de los años 70 se evidenció un cambio, que muchos aducen al deterioro de la situación socio-económica de los alumnos, cuando comenzó a observarse entre los estudiantes comportamientos que no condecían con la cultura normalista. En los ´80, esta situación se hizo más compleja cuando empezaron a hacerse evidentes tanto dificultades que presentan los alumnos para el trabajo intelectual como el rechazo por las disciplinas de fundamento, como Filosofía o Ética, o contextuales, como Sociología e Historia y a la marcada preferencia por asignaturas más relacionadas con la práctica como Didáctica Especial y Planeamiento. También era notorio que tendían más a la reproducción que a la crítica del orden social. Los profesores y autoridades de la época consideraban que esto era producto de dificultades en la comprensión de textos motivado por el cada vez mayor alejamiento de la lectura. Asimismo, la matricula de los terciarios quedó atada -material y simbólicamente- a las políticas de admisión en las universidades, es decir que la matricula de los terciarios crecía en las épocas de ingreso restringido en la universidad y se desmoronaba en épocas de ingreso irrestricto. El desplazamiento de la matricula de los terciarios a la Universidad llevó a que –consciente o inconscientemente- se bajaran los niveles de exigencia para su ingreso y la permanencia en el nivel terciario. Esto permitió que ingresaran a ellos una población con menor capital cultural. Liliana Aguiar (2004)* considera que más que hablar del empobrecimiento económico del alumnado hay que hablar del empobrecimiento del capital cultural de los mismos. Es decir que los actores sociales de las instituciones terciarias, además del deterioro en su posicionamiento como clase, denotaban en su trayectoria el empobrecimiento de su capacidad para abordar problemáticas de nivel teórico. Un fenómeno llamativo que se dio en las instituciones de formación docente fue la desvalorización de los contenidos pedagógicos teóricos en contraposición a la atracción que generaban las prácticas docentes. Lic. Gladys Leoz Tesis de Maestría, obra citada. * Aguiar L. (2004) “La reforma educativa y la formación docente en un nuevo vinculo sociedad / estado. Contextualización histórica.” en el libro Edelstein, G y Aguiar L. (2004): Formación Docente y Reforma. Cba: Ed. Brujas

Descentralización educativa en Argentina

Con la presidencia de Frondizi hubo un primer intento de redefinición del rol del Estado nacional en materia educativa. (El primer intento es en realidad en el año 1956. En efecto, el Decreto-Ley N° 7.977 no sólo restituía en sus funciones al CNE sino que, además, contenía el propósito de transferir gradualmente los servicios educativos a las provincias). Durante el periodo desarrollista (En este periodo se definieron otros temas de fondo de política educativa: se modificó el Estatuto del Docente a través de la Ley N° 14.473, se aprobó la Ley de Libertad de Enseñanza y se crearon (además del CONET) la Superintendencia Nacional de Enseñanza Privada (SNEP), el Centro Nacional de Información Educativa, la Dirección de Estadística, y otros organismos importantes, existió “la intención de transferir escuelas para que las provincias asumieran a pleno la responsabilidad educativa en el nivel primario, de modo tal que los planes de estudio, los programas, lo que hoy llamamos el curriculum, expresaran la fisonomía cultural, socio-económica, cívico-institucional, de cada una de las provincias sin que esto implicara, obviamente, el riesgo de fragmentar el país o la unidad cultural nacional que debía expresar la escuela argentina” (Entrevista realizada el 1/6/2000 al Prof. A. Salonia, quien se desempeñara como Subsecretario de Educación de la Nación (1958–1962) y como Ministro de Educación y Justicia dela Nación en el periodo 1989–1992).
Así en 1961 se concretaron los convenios de transferencia con las provincias de Buenos Aires, Corrientes, Catamarca, San Juan y Santa Cruz; y en 1962 se concretaron seis convenios más (Es importante señalar que de los once convenios celebrados con los gobernadores provinciales, tres habían sido ratificados por las respectivas Legislaturas provinciales. Nos referimos a los casos de Neuquén, San Luís y Santa Cruz). La firma de estos convenios fue acompañada por dos importantes decretos que significaban una verdadera “revolución” en la organización del sistema educativo. Nos referimos a los Decretos N° 895 y N° 1.840 de 1962, que introducían fundamentales cambios en la estructura del Ministerio de Educación de la Nación y transformaban radicalmente la organización y funcionamiento de las unidades educativas, otorgándoles mayor autonomía.
Sin embargo, el golpe militar que depuso al presidente Frondizi paralizó la implementación de estos cambios. Como consecuencia de ello, de los once convenios firmados sólo la provincia de Santa Cruz hizo efectivo el convenio de transferencia, incorporando las escuelas primarias transferidas al sistema educativo provincial. (TRANSFERENCIA EDUCATIVA HACIA LAS PROVINCIAS EN LOS AÑOS ´90: UN ESTUDIO COMPARADO, Elaborado por el Centro de Estudios para el Desarrollo Institucional - Fundación Gobierno y Sociedad y Fundación Grupo Sophia.).
El Gobierno del Dr. Alende (Gobernador de la provincia de Buenos Aires Oscar E. Alende (1958 – 1961) creará Escuelas de Enseñanza Media en la provincia de Buenos Aires, ya que los institutos nacionales contaban con un exceso de aspirantes.
En Florencio Varela se crea en el año 1968 un Ciclo Básico, usando las instalaciones de la Escuela Primaria N° 11, en el turno vespertino. Fue el origen de la primera escuela provincial de Enseñanza Media dentro del distrito de Fcio. Varela. A partir del 29 de setiembre de 1969 cambia su nombre por el de Escuela de Enseñanza Media N° 1.
Entre los profesores fundadores veremos muchos de los que participaron en los inicios de la Escuela Nacional de Comercio.
La primera ronda de descentralización educativa se produce en 1978, cuando la Junta Militar promulga dos decretos (21.809 y 21.810) transfiriendo todas las escuelas preescolares y primarias que pertenecían al Consejo Nacional de Educación a las provincias, a la Municipalidad de Buenos Aires y al territorio nacional de Tierra del Fuego, siendo las provincias únicas responsables por los gastos involucrados en la provisión de educación preescolar y primaria. Se transfirieron aproximadamente 6.500 escuelas, 65.000 empleados públicos y 900.000 estudiantes, lo que constituía aproximadamente un tercio del sistema total de educación pública primaria (Fuente: Presupuesto Nacional de 1978, citado en Ministerio de Cultura y Educación (1980b,tomo I: 85). El gobierno militar nacional fue capaz de justificar la transferencia de escuelas apelando al federalismo y al artículo 5° de la Constitución, que establece que la educación primaria es responsabilidad de las provincias.
La siguiente ronda de descentralización de la educación tuvo lugar trece años después, durante la primera presidencia de Carlos Menem (1989-1985). El 6 de diciembre de 1991, el Congreso promulgó la Ley 24.049 de acuerdo a la cual la administración de todas las escuelas nacionales secundarias y para adultos y la supervisión de las escuelas privadas, era transferida a las provincias y la Municipalidad de Buenos Aires.
La llegada del menemismo al poder implicó el despliegue de una política educativa que podría resumirse como el ajuste de la educación al programa económico neoliberal bajo las directivas del Banco Mundial. En consecuencia, en la década del `90 se generó una reforma educativa profunda. Los efectos de esta reforma, no se restringieron a programas experimentales o reformas inconsistentes, sino que implicaron la modificación de leyes fundamentales de la Nación. El cuerpo legal en el cual se sustentó esta reforma lo constituyó:
· El articulo 75, inciso 19 de la Constitución Nacional.
· La Ley de Transferencia de los establecimientos educativos (N° 24049)
· La ley Federal de Educación (N° 24195) promulgada en 1993,
· La ley de Educación Superior (N° 24521) sancionada en 1995.
A partir de este andamiaje legal se reestructuró el sistema educativo argentino en todos sus niveles. La Educación Superior también fue objeto de este proceso de cambio y pese a la fervorosa oposición de toda la comunidad universitaria, se promulgó la Ley 24521 de Educación Superior con amplia mayoría en las dos cámaras legislativas.
Poco después de asumir Carlos Menem el poder, un proyecto para descentralizar la educación fue aprobado por todos los representantes provinciales el 7 de diciembre de 1989. El proyecto proponía una transferencia de escuelas gradual y con fondos, y fue presentado al Congreso en febrero de 1990. Este proyecto fue puesto de lado en el Comité de Educación y nunca se trató, principalmente debido a discrepancias en cuanto al tema del financiamiento de la transferencia de escuelas.
La situación cambió a fines de 1991. El Ministro de Economía Domingo Cavallo envió al Congreso la Ley de Presupuesto de 1992 incluyendo allí la transferencia de escuelas secundarias a las provincias. Con respecto a los actores involucrados, cabe mencionar que los sindicatos de maestros fueron rápidamente neutralizados. La descentralización de escuelas secundarias fue negociada principalmente con los gobernadores. (En las elecciones presidenciales de 1989, las plataformas partidarias de los tres partidos políticos más grandes incluían la descentralización de la educación, entre sus propuestas).
A nivel nacional, los ministerios de economía y educación tenían diferentes ideas sobre cómo llevar a cabo la descentralización. El Ministerio de Educación quería una transferencia gradual y con fondos, que apuntara a mejorar la calidad de la educación en las provincias, tal como había sido expresado en la propuesta de febrero de 1990. El Ministerio de Economía, en cambio, quería la descentralización por motivos fundamentalmente económicos: para recortar el gasto nacional. El Ministro de Economía Domingo Cavallo afirmó públicamente que la transferencia de la educación secundaria le ahorraría al gobierno nacional 890 millones de dólares por año. (La Nación, Buenos Aires, 7 de diciembre de 1991, p. 14). De forma tal que en lugar de considerar una ley especial para la transferencia de escuelas, el ministerio de economía quería que la reforma fuera parte de la ley de presupuesto de 1992. El descontento de algunos miembros del Congreso, sumado a la desconfianza de los gobernadores respecto del financiamiento de la reforma, ayudó al Ministerio de Educación a alcanzar un acuerdo con el resto del gabinete nacional. Se acordó que se aprobaría una ley especial para transferir las escuelas. Fue entonces que empezaron las negociaciones con los gobernadores.
Inicialmente, tanto los gobernadores del oficialismo como de la oposición, pidieron que la transferencia de escuelas estuviera acompañada de recursos. Así, José Octavio Bordón, gobernador del partido oficialista en Mendoza, dijo:
Nosotros estábamos a favor de una transferencia democrática y ordenada del nivel secundario. El primario había sido transferido de manera autoritaria por un gobierno militar sin suficientes recursos. A nosotros nos parecía positivo si se hacía bien, porque la verdad que se estaba produciendo una transferencia de hecho, sin reconocimiento en la coparticipación. Entrevista a José Octavio Bordón, en Buenos Aires, 8 de febrero, 2000
La posición de Ministerio de Economía fue, en cambio, que las provincias podían solventar la transferencia de escuelas con sus propios recursos ya que la cantidad absoluta de impuestos recaudados había aumentado de manera constante desde abril de 1991. Al igual que en 1978, cuando el Ministro de Economía Martínez de Hoz había visto en el aumento de la recaudación fiscal un contexto favorable para la transferencia de la educación primaria, a fines de 1991 Cavallo llegaba a la misma conclusión con respecto a la educación secundaria.
Finalmente se terminó incluyendo la cláusula de garantía financiera (artículo 15 de la Ley 24.049) y los gobernadores aceptaron la transferencia, con la excepción del Gobernador de la UCR Angeloz de la provincia de Córdoba. Luego de hacer esta concesión, los gobernadores no lograron el resultado más esperado, ya que deberían financiar la transferencia de nuevos servicios con el incremento absoluto de sus propios recursos fiscales. Pero obtuvieron la garantía de que cada mes en que la recaudación fiscal estuviera por debajo de un cierto promedio, el gobierno nacional les otorgaría la diferencia. Cavallo tampoco obtuvo su resultado más esperado, que habría sido transferir sin garantías financieras, como había ocurrido en 1978.
En cuanto a la garantía de financiamiento una vez realizada la transferencia, es difícil establecer si se cumplió o no, sin embargo significativa evidencia indica que fueron las provincias las que sumieron el costo de la descentralización. Representantes nacionales sostienen que el gobierno nacional ha transferido los recursos, mientras que representantes provinciales sostienen que las escuelas fueron descentralizadas sin recursos. En conclusión, variedad de evidencias sugiere que la descentralización de la educación secundaria ‘no fue un medio para lograr la reforma y mejorar la educación, sino un medio para resolver los problemas fiscales del gobierno federal’(Tulia G. Falleti ‘Descentralización educativa en Argentina’ e-l@tina, Vol. 2, núm. 8 Buenos Aires, julio-setiembre de 2004 –htpp://www.catedras.fsoc.uba.ar/udishal). El contenido y los términos de la ley de descentralización ya habían sido negociados y acordados con los gobernadores, y el Congreso actuó meramente como un sello.
Luego de sancionado el proyecto de ley, los gobernadores seguían siendo figuras clave en definir todos los detalles de cómo se llevaría a cabo la transferencia de escuelas en cada provincia. Se firmaron acuerdos bilaterales con cada gobernador para establecer la fecha exacta de cuándo la administración provincial se haría cargo de las ex escuelas nacionales. El primer acuerdo fue firmado con el gobernador de La Rioja en enero de 1992. En el caso de la provincia de Buenos Aires, la última en firmar en diciembre de 1993, las implicancias financieras de la transferencia también eran más serias que para el resto de las provincias. Por un lado, treinta por ciento de todas las escuelas transferidas estaban en la provincia de Buenos Aires. Por otro lado, dado que las escalas de sueldos de los docentes provinciales y aquellos que anteriormente habían sido nacionales debían ser iguales, el gobierno de la provincia de Buenos Aires tuvo que subir los sueldos provinciales, cuyos sueldos (a diferencia del resto de las provincias) eran más bajos que aquellos de los docentes que anteriormente habían sido nacionales.
El 1° de enero de 1994, la Escuela Nacional de Comercio pasó a ser Escuela de Educación Media N° 7, dependiente de la Provincia de Buenos Aires.