lunes, 11 de noviembre de 2013

Mis recuerdos como alumna

         Para acceder a la escuela secundaria, debíamos rendir un temido examen de ingreso, para el cual nos preparábamos con un famoso libro: “Manual de Ingreso” en matemáticas y castellano, del profesor Pedro Berruti.  Las vacantes en esta escuela eran muy reducidas, ya que sólo contaba con dos secciones de primer años, una en el turno mañana, con idioma inglés, y otra en el turno tarde, con idioma francés. Eran muchos los aspirantes y sólo ingresaban los que obtenían los mayores puntajes, por lo cual quedaban muchos sin posibilidades.
Por otra parte, para acceder a la mayoría de las carreras universitarias el requisito era ser bachiller nacional, por lo que después de realizar el ciclo básico (hasta tercer año), muchos alumnos debían cambiarse de escuela
Los estudiantes de Fcio. Varela continuaban sus estudios secundarios en Quilmes, Temperley, La Plata o Adrogué, como fue mi caso, que completé mis estudios secundarios en el Colegio Nacional Mixto ‘Alte. Brown’ .
Usábamos guardapolvo blanco tableado las niñas, medias finitas de naylon  y saco azul, corbata y pantalón gris los varones; zapatos negros o marrones. Ningún rastro de maquillaje ni  adornos de ningún tipo, como aros, pulseras, anillos, etc. Cabello recogido, que no tocaran el guardapolvo, en el caso de las mujeres y corto los varones. En la década del ’60 se usaban muy maquillados los ojos, por tener un lunes, rastros de maquillaje muy difícil de sacar en los ojos, alguna vez me mandaron a lavar la cara. El lugar ocupado en el aula era inamovible. Existía un planito al lado del pizarrón, con la ubicación de cada uno en el aula. Cada ocupante era responsable del buen estado de su banco/escritorio, con el  del otro turno. Si aparecían  un rayón o escritura, el sábado los responsables a lijar y barnizar, ya que los bancos eran de madera y debían aparecer impecables.  En el aula recogíamos hasta el último papelito y recuerdo un plantón después de hora, en el patio por unos graffitis aparecidos en el baño de mujeres, ya que nadie se hacía responsable del mismo.
Entre los alumnos de 4to. Y 5to. Año eran elegidos los preceptores de los alumnos de los cursos de 1ro., 2do. y 3er. Año, función que recuerdo desempeñaban con mucha responsabilidad.
Cumplíamos ciertos rituales escolares tales como marchas y desfiles. Para las fechas patrias los alumnos de las escuelas debíamos participar de los actos organizados por la Municipalidad en torno al monumento al Gral. San Martín. Practicábamos en las calles aledañas a la escuela la formación para el desfile, ocupándose personalmente el director de la escuela, profesor Bossi, de dirigirnos en esta práctica. El Colegio Santa Lucía se destacaba por la formación marcial similar a una escuadra militar que se ve, practicaban con mucho ahínco y dedicación.
A la mañana, antes de entrar a las aulas, formábamos en el patio e izábamos la bandera cantando la canción Aurora. El turno tarde hacía lo mismo para bajar la bandera antes de salir de la escuela.

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